Blog

La Importancia de las Actividades Acuáticas

Se acerca el verano y a muchos padres les preocupa cómo van a desenvolverse sus hijos en el agua. ¿Necesitan apoyo? ¿Serán capaces de estar tranquilos? ¿Tendrán una primera experiencia positiva?

Más allá de estas preguntas que todos en algún momento podemos plantearnos, en la Fundación Garrigou hemos querido abordar a través de la Escuela de Familias «La Importancia de las actividades acuáticas en niños y jóvenes con discapacidad». 

Una temática muy interesante de la que nos ha hablado José Manuel Gómez Pascual, monitor de la Escuela de Natación Adaptada de la Fundación Garrigou y profesor de Educación Física en el Centro de Educación Especial María Corredentora.

Para comenzar, José Manuel explicaba que son tres los canales que nos permiten recibir información sobre la posición de nuestro cuerpo en el espacio: El canal visual, el propioceptivo y el vestibular.

Con el canal visual buscamos la horizontabilidad de nuestra mirada como referencia. Por eso, cuando tenemos los ojos cerrados nos es más difícil mantener el equilibrio, ya que perdemos esa información. En el canal propioceptivo tiene mucha importancia la información que nos llega a través de los sensores ubicados en las plantas de nuestros pies. Finalmente, los conductos semicirculares del órgano vestibular y el líquido que circula a través de ellos nos permite conocer cuál es la posición de la cabeza en todo momento.

Una vez que conocemos c´ómo nos llega la información, es momento de centrarnos en el siguiente paso «¿Qué sucede cuando nos metemos en el agua?»

Buscamos la posición vertical para partir de ella, y desde allí buscar la posición de equilibrio habitual en el agua, horizontal. En ese momento, aparecen las respuestas en brazos. José Manuel Gómez Pascual recordaba que «nos interesa mucho que los brazos de nuestros alumnos sean lo más funcionales posible, por ello trataremos de ejercitarlos al máximo. Además, tenemos la ventaja de poder hacer ejercicios para fortalecerlos sin riesgo a caídas. El objetivo de todo este primer trabajo es ser lo más competente posible con nuestro cuerpo tanto dentro como fuera del agua. Si lo conseguimos, podremos centrarnos en otros aprendizajes más complejos. «Si estoy pendiente de no caerme, difícilmente podré atender a lo que sucede a mi alrededor»

Como añadía José Manuel, «una vez que estamos estables, podemos trabajar patrones de activación cerebral en el agua, y en la medida en que vamos repitiendo estos patrones, los vamos reforzando, interiorizando y automatizando». «El objetivo – añadía- es ir desarrollando cada vez patrones más complejos»

El trabajo en el agua

Para todos aquellos padres interesados en la metodología de trabajo en el agua de la Escuela de Natación, José Manuel explicó los diferentes pasos:

  1. Plan de baño en casa                                                                                      La primera experiencia que tienen los niños con el agua es a través del baño diario. En ese sentido, solemos recomendar a los padres que no abusen de posturas de espaldas, que incentiven el mantener la cabeza erguida.                                                                                                                  Además, es muy importante que cuando vienen por primera vez a la piscina, tengan una experiencia positiva, que se bañen con la persona de referencia, de modo que el paso hacia el profesor o monitor sea lo más natural posible.
  2. Programa de requisitos previos                                                                    Buscamos que sean capaces de controlar la cabeza y mantener una posición erguida, y una vez que son capaces de mantener una postura adecuada, el siguiente paso es hacer que la pierdan y la recuperen de nuevo. Pasar de estar en la vertical, a tumbarnos boca arriba y viceversa gracias al material auxiliar.
  3. Circuito primario.                                                                                                 Llamamos circuitos primarios a la capacidad de desplazarse por una calle y volver por otra siguiendo unas órdenes y referencias (túmbate, sigue, toca). Con aquellos alumnos con mayores necesidades, acompañamos la orden de gestos para que, a base de repetirlos, lleguen a interiorizarlos.  En esta fase estamos muy atentos a la funcionalidad de los brazos, permaneciendo atentos a los patrones que se van desarrollando, para que estén bien ejecutados y se vayan automatizando. Además, poco a poco, se va retirando el material auxiliar.
  4. Programas de estimulación muscular.                                                            Se van retirando las referencias, los alumnos deben ir y volver por la misma calle, guardando distancia. Y los desplazamientos se completan con ejercicios en el borde, rotaciones, flexiones, estiramientos, que nos van a ayudar nuestro movimiento en el agua.

La Escuela de Familias concluyó con una ronda de preguntas en la que, entre otras cosas, se explicó los beneficios que tiene un material auxiliar como los manguitos frente a otros como los cinturones, o corchos. «Los manguitos nos permiten un movimiento más libre de los brazos, al igual que un mejor cambio de posición. Siempre hay que buscar el punto medio entre la seguridad y la estimulación para ir consiguiendo movimientos cada vez más complejos.