LA FUNDACIÓN GARRIGOU PIDE QUE NO SE ABRAN LOS CENTROS DE EDUCACIÓN ESPECIAL ESTE CURSO

Se debería poner la salud de nuestras Comunidades Educativas por encima de cualquier otra consideración. La realidad sanitaria que nos encontramos ahora mismo en Madrid no hace en absoluto recomendable que se vuelva a las aulas a finales de mayo.

No se debería iniciar la actividad presencial hasta que las medidas de protección individual y el distanciamiento social no dejen de ser obligatorios.

Las medidas de seguridad de la fase 2, como el uso de mascarillas, guantes y distancia de seguridad son imposibles de cumplir.

Madrid, 12 de mayo de 2020. La Fundación Garrigou solicita al Gobierno, y en concreto al Ministerio de Educación, que no se abran los centros de educación especial durante este curso, anulando de esta manera la previsible reapertura de los centros de esta modalidad en la fase 2 de desescalada, en la que el alumnado podrá acudir al centro, si ésta es la voluntad de las familias. Con este requerimiento, la Fundación Garrigou se suma a la petición realizada por todos los Centros Públicos de Educación Especial y Colegios Concertados de Educación Especial de la Comunidad de Madrid.

Comunicado directores CCEE

UNO DE LOS COLECTIVOS MÁS VULNERABLES

La Fundación Garrigou alerta que “hemos pasado de ser uno de los colectivos de riesgo y más vulnerables a efectos de esta pandemia, a ser los primeros en incorporarnos sin concretar medidas específicas”. Desde la Fundación se suman a la preocupación de los responsables de los centros de educación especial de “no ser capaces de garantizar, en las condiciones actuales, las medidas de seguridad para proteger a alumnos, familias y trabajadores, siendo nuestro alumnado un colectivo de alto riesgo por sus condiciones clínicas y de salud”.

Al mismo tiempo los profesionales de estos centros son consciente de la, “importancia de recuperar cuanto antes la actividad presencial por cuestiones pedagógicas, conductuales, terapéuticas y también de bienestar psicológico, conciliación y calidad de vida de nuestro alumnado y sus familias, pero siempre deben anteponerse las medida de seguridad”.

NO SE PUEDE GARANTIZAR NI EL DISTANCIAMIENTO, NI EL USO DE MASCARILLAS NI GUANTES

La Fundación Garrigou alerta que las medidas de seguridad que continúan en vigor en la fase 2 resultan imposibles de ajustar a la realidad de los profesionales que trabajan en los centros de educación especial, debido a las características del alumnado con el que trabajan: problemas de salud, conducta, bajo nivel de comunicación, cognitivo, crisis epilépticas.

En este sentido, el distanciamiento social, subrayan desde Garrigou, es la primera medida que resulta imposible cumplir ya sea por cuestiones de comprensión, de alteraciones de conducta y/o de alta dependencia, lo que supone necesitar a su lado la figura de un profesional durante toda la jornada escolar.

Desde la Fundación Garrigou se quiere hacer hincapié en la práctica imposibilidad del uso de guantes, mascarillas y otras medidas de protección individual(lavado de manos, toser en el codo, uso de pañuelos de papel), donde por cuestiones de comprensión, conducta, alteraciones sensoriales, malformaciones estructurales, casi la totalidad de este colectivo que está en las aulas, le sería imposible hacer uso de estos elementos, aumentando el riesgo de contagios, tanto entre los propios alumnos y alumnas como hacia los y las profesionales de intervención directa, y previsiblemente a las familias.

Los profesionales de los Centros de Educación Especial, también ven inviable el uso de EPIs, no sólo por la dificultad de usarlas de manera adecuada con la población con la que se trabaja, sino por el peligro que su uso entraña en sí mismo: atragantamientos, subida de los niveles de activación que desencadenan crisis conductuales, autoagresiones y problemas conductuales derivados de la alta carga sensorial o de la no comprensión de la situación.

En el caso de que la reincorporación finalmente se lleve a cabo en la fase 2, desde la Fundación Garrigou se comparten, con los responsables de los centros de educación especial, las siguientes exigencias:

Unos protocolos que aseguren medidas sanitarias que se ajusten a las características de nuestro alumnado.

Que la misma Administración, o a través de las mutuas, faciliten los test a los profesionales.

Que se permita una incorporación escalonada; la asistencia de alumnos y profesionales en horarios o días alternos; que las familias hagan el menor uso de la ruta posible y traigan a sus hijos/as al centro por sus propios medios; del mismo modo que se haga uso del comedor en los casos estrictamente necesarios ante situación de desamparo social.

Que se puedan iniciar progresivamente los tratamientos de las actividades consideradas sanitarias (enfermería, fisioterapia, logopedia y terapia ocupacional), atendiendo a la normativa y medidas establecidas por sanidad y los colegios profesionales.

Que, en caso de que no se pueda atender a todo el alumnado por cuestiones de seguridad, no sean las familias las que decidan el llevar a sus hijos al centro, sino que prime el criterio profesional y se atienda de forma prioritaria a los alumnos en los que se esté detectando deterioro físico-motor, en la comunicación y la deglución, en las habilidades manipulativas, en las alteraciones graves de conducta, etc. De este modo, serían los centros los que establecieran específicamente estos criterios, ya que son los que conocen en mayor medida a la población con la que trabajan. Esta situación continuaría simultaneándose con la atención y enseñanza a distancia, como se viene haciendo desde que se suspendieron las clases presenciales.

Que se tenga en cuenta y se valore el aumento de partidas presupuestarias a los centros concertados de educación especial, en lo que se refiere a personal complementario y gastos de funcionamiento, principalmente, ya que, si en situaciones normales nuestra situación es casi precaria, ante este escenario se acrecienta. Para justificar esta afirmación, queremos dejar constancia de que en muchos de estos centros la mayor demanda y preocupación que están manifestando las familias, han sido las relacionadas con la ausencia de estos tratamientos que llevan a cabo este personal complementario.

Gerardo Neistat
Director de Comunicación.